La Palabra hoy
Navidad en pandemia, tiempo de compartir
Por Manuel Raimundo Martínez.
Mucho se ha hablado en los últimos días sobre el toque de queda y su aplicación en los días 24 y 25 de diciembre de este año y el 1 de enero del 2021. Ha habido propuestas y opiniones encontradas al respecto, unos alegan que deben flexibilizarse las medidas contra el Covid-19 y otros, que, por el contrario, se deben arreciar estas medidas.
Sin embargo, hemos escuchado miles de veces, que las crisis siempre traen nuevas oportunidades. A lo largo de la historia se ha comprobado este enunciado.
En esta crisis en particular, quizás la más grande crisis sanitaria que ha conocido el mundo, también traerá consigo nuevas y grandes oportunidades, y precisamente, quiero plasmar en este espacio, una de esas oportunidades; la oportunidad de compartir con nuestros seres queridos y más cercanos.
En esta época del año, en las fechas mencionadas anteriormente, una gran cantidad de personas, generalmente los adultos más jóvenes y otros que todavía ni siquiera son adultos, toman estos días para irse de fiestas, de juergas, de parrandas hasta el amanecer, “comparten” con sus “amigos”, y digo esto, porque realmente esos amigos de juntaderas y gozos, casi siempre, no son los mismos que los acompañan en las dificultades y en las crisis. Esos que están en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, cuando logras el éxito y cuando fracasas, esos, generalmente, viven a tu alrededor y son los que verdaderamente merecen compartir estas fiestas, esas personas son: tu familia.
La invitación es esa, es la gran oportunidad, poder compartir con tu familia estos días, en vez de salir y regresar al otro día. De esta manera podrás conocer el propósito de Dios en tu vida y con tu familia, san Juan Pablo II planteó en su exhortación apostólica Familiaris Consortio, en su numeral 17, “cada familia cristiana es una “comunidad de vida y de amor” que recibe la misión “de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa”.
En un artículo escrito en la página de internet Arciprensa, escrito por Fernando Pascual, titulado Cultivar la fe en familia, plantea que: “Para concretar un poco más cómo vivir evangélicamente, enumeremos algunos ámbitos en los que la familia se hace educadora en el arte de actuar como cristianos auténticos.
El primer ámbito, desde luego, es el de la propia familia. Vivir el Evangelio implica crear un clima en el hogar en el que se lleva a la práctica el principal mandamiento: la caridad. El amor debe ser el criterio para todo y para todos.
Ese amor se aprende, se hace vida, cuando los hijos ven cómo se tratan sus padres. Si los padres se aman profundamente, si saben darse el uno al otro como Cristo se dio por la Iglesia (cf. Ef 5,21-33), si saben perdonar hasta 70 veces 7 (cf. Mt 18,22), si confían en la Providencia más que en las cuentas del banco (cf. Mt 6,24-34), si ayudan al peregrino, al hambriento, al sediento, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,33-40) … los hijos habrán encontrado en la familia un auténtico “Evangelio vivo”.
Aprenderán entonces a dar gracias, a ayudar al necesitado, a compartir sus objetos personales, a escuchar a quien desea hablar, a dar un consejo a quien tenga dudas (de matemáticas o de fe…)”.
Al final de esta reflexión, ojalá y podamos entender lo verdaderamente importante y poder compartir con ellos, nuestra familia.
Oración.
Dejamos un fragmento de la oración por la vida en familia, oración oficial para el encuentro mundial de las familias 2018.
«Dios, Padre nuestro, Somos hermanos y hermanas en Jesús, tu Hijo, Una familia, en el Espíritu de tu amor. Bendícenos con la alegría del amor. Haznos pacientes y bondadosos, Amables y generosos, Acogedores de aquellos que tienen necesidad. Ayúdanos a vivir tu perdón y tu paz”.
El autor es Ingeniero, Locutor y Experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.