La Palabra hoy
Desesperación
Por Manuel Raimundo Martínez
La desesperación se define como la pérdida total de la esperanza, o la pérdida de la paciencia o de la tranquilidad de ánimo, causada generalmente por la consideración de un mal irreparable o por la impotencia de lograr éxito.
Comenzamos con esta definición porque entendemos que el mundo, y muy especialmente nuestro país, está entrando en un estado de desesperación respecto a la pandemia del coronavirus. Podemos ver en las noticias, como en algunos lugares del planeta se han vuelto a cerrar ciudades y como la muerte sigue causando estragos. Ya hace un año que comenzó la pandemia y a pesar de las vacunas, aun parece que no se acerca el final.
Brasil, por ejemplo, continúa con números alarmantes de víctimas e infectados, y algunos países de Europa, han vuelto a endurecer las medidas preventivas.
En nuestro caso, ya la gente está cansada de los toques de queda, y observamos que existe muy poco respeto a estas medidas. Los jóvenes han vuelto a las discotecas y las mascarillas han pasado a ser un instrumento del pasado para esta población en específico.
Es común, ver en los medios noticiosos y en las redes sociales, grupos de jóvenes en fiestas a altas horas de la noche y en inmensas cantidades, todos aglomerados, olvidando por completo todas las medidas de prevención impuestas por el gobierno central.
Parce ser que la desesperación ha invadido a nuestros jóvenes, y quizás, a nuestras autoridades, ya que cada vez, son más frecuentes las fiestas clandestinas, el cúmulo de personas en ríos y playas, en fin, en medio de la pandemia, la gente ha vuelto a la normalidad. Y digo nuestras autoridades, porque, a pesar de establecer los toques de queda, de recomendar y decretar el uso de mascarillas en lugares públicos, una gran cantidad de persona hace caso omiso a estas recomendaciones.
La desesperación es parte del fracaso, se dice en el argot popular, y si consideramos muy pocas personas han sido vacunadas en nuestro país, la gran mayoría se comporta como si ya hubieran sido inmunizados.
Desde el punto de vista bíblico, citamos a Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006, quien define la desesperación como la “Situación de ánimo tenso, amargo, frustrante que se define por la pérdida de la esperanza para conseguir algo que se propuso la voluntad o el sentimiento”. Además, alega que “Teológicamente es el pecado de desconfiar de Dios y de la salvación. Objetivamente es la situación de los condenados, a quienes se les ha terminado el tiempo de merecer la salvación y han rechazado para siempre el amor divino. Es pecado porque el hombre, mientras viva, nunca puede llegar a la desconfianza total, ya que la fe le dice que la misericordia de Dios es infinita”.
El teólogo alemán K. Rahner, definió la desesperación en su obra, Sacramentum Mundi Enciclopedia Teológica, Herder, Barcelona 1972, de la siguiente manera. “La desesperación como pecado consiste en el abandono de la esperanza existente o posible. Es, por consiguiente, la negativa libre a una dependencia conscientemente aceptada del hombre con relación al prójimo y a Dios; tal negativa rechaza también la obligación implicada en esa dependencia de buscar la perfección y en último término la salvación en armonía con Dios y el prójimo. Los motivos para la desesperación pueden ser muy diversos, así, p. ej., especialmente la desidia moral (acedia), que teme los esfuerzos del perfeccionamiento por la imitación de Cristo y prefiere los bienes terrenos a la unión con el prójimo y con Dios, también el defecto de confianza, por el que se rehúye la vinculación a otra persona o la entrega a la voluntad de Dios explícitamente conocida”.
Como podemos ver, la falta de confianza en Dios también provoca la desesperación en las personas, de aquí, podemos deducir, que, en medio de la pandemia, nuestros jóvenes han perdido la confianza en Dios, o simplemente se están alejando de Dios, y, por ende, acercándose a la muerte.
El autor es Ingeniero, Locutor y Experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.