Santiago, una ciudad que renace con las últimas obras de infraestructura
Escrito por Amaury Ureña
La pasada semana, el presidente Luis Abinader visitó la ciudad de Santiago para inaugurar varias obras realizadas en su gestión de gobierno. Dentro de las obras entregadas se destaca la segunda etapa de saneamiento del arroyo Gurabo, específicamente en el anteriormente conocido como el Hoyo de Puchula, una obra, que según las informaciones oficiales, reducirá el 43% de la contaminación del Rio Yaque del Norte y beneficiará más de 500 familias que fueron trasladadas desde esta lugar a espacios más dignos. En lugar que entes fue un monumento de miseria y pobreza, hoy es espacio limpio y digno, en donde la familia puede ir a caminar y a distraerse.
Otras de las obras entregadas fueron el paso a desnivel de la avenida Las Carreras, y la puesta a prueba de una las paradas del Teleférico de Santiago. Estas, junto a otras obras que ha encabezado esta gestión son la representación de la gran inversión a esta cuidad que desde hace años reclamaba este tipo de acciones de los distintos gobiernos.
A estas obras no se le puede negar la importancia que tienen para el desarrollo de esta provincia, no se puede negar el impacto social y medioambiental que representa la eliminación del cinturón de miseria del conocido Hoyo de Puchula en Gurabito, impactando la vida de miles de personas de bajos recursos. Tampoco se puede negar la importancia para la movilidad ciudadana que tendrán el Teleférico de Santiago y el Tranvía, una obra necesaria para una ciudad que ya pasa el millón de habitantes y que se proyecta a crecer aún más.
Estas obras perfilan a Santiago como una ciudad moderna y de avanzada, esta ciudad estaba carente de este tipo de obras desde hace un tiempo; sin embargo, ahora es que se está viendo esta inversión. Obviamente, todavía hacen falta otras inversiones puntuales.
Hay que reconocer que encima de las acciones negativas de esta gestión de gobierno, estas inversiones que se realizan en la provincia más importante del Cibao benefician a los santiagueros y al país. Estas, no suben al autoestima por las nubes, nos proyectan como una ciudad moderna y desarrollada, en mi caso, entiendo que Santiago está viviendo el renacimiento del siglo XXI. Enhorabuena.