Juan Pérez Batista, el merenguero olvidado que aún vive en la música del pueblo, autor del «Pájaro Pelú»
Redacción
En una emotiva entrega cultural, se rindió homenaje a Juan Pérez Batista, conocido cariñosamente como Juanito, un ícono de la música típica dominicana que dejó una huella profunda en el merengue tradicional, aunque muchos desconozcan su nombre.

Nacido en 1911 en Burén, La Vega, Juanito fue un músico autodidacta que desde muy joven mostró una afinidad especial con el acordeón. A pesar de no haber asistido a ninguna escuela de música, su talento natural lo llevó a consagrar su vida al merengue, convirtiéndose en una figura emblemática durante las décadas de 1930 a 1980.
En los años 30, se trasladó a Bonao, donde formó familia y donde conoció a Petán Trujillo, un afamado amante del merengue y hermano del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Aunque Juanito fue un virtuoso del acordeón, su vida profesional fue modesta: trabajó como zapatero y no llegó a grabar sus merengues. Sin embargo, sus composiciones trascendieron.
Entre sus obras más reconocidas destacan tres merengues que más tarde popularizó Tatico Henríquez, el monarca del merengue típico: “El pájaro pelú”, “La cama” y “Las tres hijas de Pancho”, este último bailado en todas partes del país. Estas piezas, conocidas por su picardía y ritmo contagioso, forman parte del repertorio esencial de la música dominicana.
Juanito fue también padre de dos hijos, uno de ellos el músico Cheo Tambora, quien ha tocado con agrupaciones como la del Ciego de Nagua y El Prodigio.
El homenaje culminó con fragmentos musicales de sus merengues más célebres, recordando que el merengue —desde su origen en el siglo XIX— ha sido el alma de las fiestas populares, y que figuras como Juanito Pérez Batista merecen un lugar destacado en la memoria cultural del país.
Juan Pérez Batista falleció accidentalmente en Santo Domingo en 1984, pero su legado musical vive en cada acordeón que suena en los campos y pueblos dominicanos.
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