El techo de cristal de mi vecino
Escrito por Vicente Rodríguez Uceta
En la opinorragia mundial se oye a mansalva que dominicana debe otorgar refugio a los nacionales haitianos debido a la situación que viven. Hoy según la ONU y su departamento para la migraciones y refugios, nuestra patria está en la obligación de ofrecer refugio a los damnificados haitiano por las bandas de delincuentes que azotan su suelo. Sin embargo, hace poco, todavía no se borra en la mente de los dominicanos la imposición de un canal desde la cuenca del Rio Masacre.
“El agua, ta cogio” frase de un haitiano, que todos; hasta su primer ministro, falso presidente. A pesar de tanto llamado a parar un canal que se construye de manera ilegal, quisieron imponer por encima de toda oposición de los dominicanos. Como Yonny Bravo, se golpeaban el pecho con arrogancia para secuestrar el agua de un rio que nace en el Pico de Gallo cerca de Loma de Cabrera, en la provincia de Dajabón y desemboca en la bahía de Manzanillo, océano Atlántico, Provincia Monte Cristi, RD.; lo que significa que este rio es mayormente dominicano, y ellos se apropiaron el agua a través de un canal. Gracias a la moderación de nuestras autoridades no incurrimos en un conflicto bélico, a pesar que muchos anti-dominicanos apostaban a que así fuera.
Ahora, cuando las pedradas se ciernen sobre el techo de cristal del vecino país desbaratándolos en mil pedazos, se quiere obligar a los dominicanos a que nos hagamos cargo de unos hermanos que cuando tocó respetar las partes de cada uno, no lo hicieron e intentaron imponer su ego.
Cada quien a lo suyo, nosotros a nuestra estabilidad socio-política-económica; ellos a su pasificación. Cada quién en su lado, nosotros en RD y ellos en Haití, sus centros de refugios y centros de salud, en su territorio, puesto que la única parte por la que pelean todos es por su capital, todo esto por el control de su puente de narcotráfico y las donaciones de millones de dólares que le da la sociedad internacional.
Estoy escribiendo este articulo desde la bahía de manzanillo, guardianes de la patria, a doscientos metros del muro fronterizo, la pasada semana dormí en Pedernales, Atalaya de la dominicanidad; y sé que puedo dormir tranquilo porque la frontera está reguardada; hay escapes, sí, porque siempre toca unos que otros judas que por unos cuantos pesos permiten el trasiego de indocumentados, pero nada que vaya a romper la calma y el sosiego.
Desde mi punto de vista, nosotros los dominicanos no debemos distraernos en pequeñas situaciones que no alteran la paz y el orden, aunque si, se debe tomar medidas y sanciones con esos charlatanes que negocian en franca violación a la constitución; Nuestro presidente Abinader está en lo correcto, ha defendido y seguirá defendiendo la dominicanidad y eso a los quisqueyanos nos debe llenar de orgullo. Todo, seguirá muy bien.
