OpiniónVernáculos

Una reflexión con mucho amor para todos

Escrito por la Lic. Yaseli Corniel


Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…
Sócrates lo interrumpió, diciendo:
– ¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de las tres puertas lo que me vas a decir?
– ¿Las tres puertas?
– ¡Si! – replicó Sócrates-. La primera es la VERDAD ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
– No…Lo escuché comentar a unos vecinos…
– Pero al menos, lo habrás hecho pasar por la segunda puerta, que es la BONDAD. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
– No, en realidad no; al contrario.
– ¡Ah! – interrumpió Sócrates
-. Entonces vamos a la última puerta, la NECESIDAD. ¿Es necesario que me cuentes eso?
– Para ser sincero, no; necesario no es.
– Entonces – sonrió el sabio-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario…sepultémoslo en el olvido…
Moraleja: Piénsalo por lo menos tres veces antes de comunicarle al otro lo que has escuchado en relación a él o ella. Te evitarás problemas, y, muy seguramente, le ahorrarás un dolor, una incomodidad o, por lo menos, un mal rato de enterarse de algo que no le servirá de nada o de muy poco.

Incentivo a la comunidad a pensar antes de dañar a una persona. Por amor al prójimo y respeto a nosotros como seres humanos pienso que es mejor en vez de seguir motivando al odio, empecemos hablar el lenguaje del amor y de la empatía.

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