Sixto Gabín critica que el Minerd solo le importan las evidencias, las fichas y las fotos, llama a priorizar el acompañamiento docente
Redacción
El miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Sixto A. Gabín Henríquez, advirtió que el sistema educativo dominicano se ha convertido en un modelo “técnico-burocrático”, donde los formularios, estadísticas y constancias han desplazado la atención al proceso de enseñanza y aprendizaje.

En un artículo de opinión publicado por Acento, titulado “Llene su ficha, maestro; entregue su formulario, director”, Gabín critica que muchas de las actividades pedagógicas y reuniones escolares se reduzcan al cumplimiento de trámites administrativos, tales como la firma de actas, la recolección de evidencias o la toma de fotografías para redes sociales, dejando en segundo plano la reflexión pedagógica, la innovación y la formación docente.
“El sistema educativo parece atender primero a los papeles y los informes, antes que a las personas, a la interacción o a la reflexión”, expresó el dirigente magisterial, señalando que las fiscalizaciones y supervisiones se han vuelto “casi militaristas”, restando tiempo al acompañamiento real del docente en el aula.
Gabín plantea que esta situación obliga tanto a los maestros como a los equipos de gestión escolar a asumir niveles de improvisación similares a los del propio Ministerio de Educación (MINERD), dedicando gran parte de su tiempo a cumplir con los instrumentos y formularios exigidos, muchas veces sin pertinencia pedagógica.
Asimismo, advirtió que esta “rigidez institucional” contradice el propio currículo dominicano, que se define como abierto, participativo y flexible. Citando al filósofo Jürgen Habermas, Gabín se refirió a este fenómeno como la “juridificación” del sistema educativo, donde las relaciones se subordinan a la norma en lugar del diálogo y la comprensión.
Finalmente, el dirigente de la ADP abogó por un cambio hacia un modelo educativo más humano y horizontal, donde prevalezca la creatividad, la autonomía docente y el respeto. “Necesitamos un sistema coherente, con atención a los sujetos, donde la autoridad educativa sea acompañante y orientadora, no solo fiscalizadora”, concluyó.

