La Palabra hoy
Familia y género urbano
Por Manuel Raimundo Martínez.
El pasado mes de noviembre, mes de la familia en la República Dominicana, el periódico Camino, semanario católico en el país, en su editorial del 4 de noviembre, hizo una especie de denuncia sobre los valores que invaden a la familia a través del género urbano. Si desean leer el artículo original en la edición digital del Periódico Camino, pueden acceder al siguiente link: https://caminord.com/familia-y-genero-urbano/
Dada la importancia y la trascendencia de tema, en esta ocasión, me atrevo a realizar un análisis y destacar algunos de los puntos tocados en el editorial.
“La institución núcleo de la sociedad está atravesando por momentos difíciles. Los ataques que recibe amenazan con destruirla y de esta manera crear el caos y una convivencia humana fracturada y sin sentido”. Con estas palabras empieza el escrito y posteriormente cita algunos de los factores que inciden en la destrucción de la familia. “Falta de políticas sociales que apoyen su crecimiento, ausencia de principios humanos y cristianos y entierro de los valores que sustentan su existencia”.
Visto lo anterior, la Iglesia Católica a través de este medio de comunicación, expresa que uno de los medios de promoción de estos antivalores es el género urbano, y plantea: “Muchos de sus integrantes promueven el consumo de drogas, alcohol, sexo desenfrenado, violencia y el irrespeto hacia la mujer convirtiéndola en un objeto”. En este punto específico, podemos decir que para muestra basta el siguiente botón: La artista urbana Tokischa, de origen dominicano y el artista colombiano, J Balvin protagonizaron un video en una de sus canciones que tuvo que ser retirado de la plataforma digital YouTube, debido al contenido del video, donde se denigraba de una forma grosera a la mujer. Destacar que la madre del artista colombiano, públicamente rechazó el contenido del video y dijo “desconocer a su hijo”.
Podemos mencionar cientos de canciones urbanas con este tipo de contenido, que lamentablemente, consumen nuestros hijos en su vida cotidiana.
“Las letras de estos temas son un monumento a la vulgaridad, depravación y la pornografía. Estos llamados artistas están envenenando el alma de niños y jóvenes quienes estimulados por esas canciones toman un estilo de vida que degrada su ser, empujándolos hacia el abismo moral que los lleva a cometer actos repudiables”. Reflexiona el editorial.
La Iglesia, a través de los diferentes movimientos, grupos, y accionar en la vida de la comunidad, ha enfrentado, enfrenta y seguirá enfrentando estos antivalores, pero necesita de la mano amiga de las autoridades y sobretodo de las familias, de los padres y madres, de las instituciones educativas, para entre todos, unidos, se pueda lograr revertir esta penosa situación.
Las pastorales Juvenil, de Adolescentes, Familiar, entre otras, en las diferentes Parroquias del país, son espacios donde las familias pueden desarrollar y fomentar valores que vayan al rescate de la familia y de los más vulnerables, nuestros hijos.
“Esperamos que en este Mes de la Familia surjan voces que contribuyan a detener esta carrera loca hacia la descomposición, que está creando vientos fuertes que están destruyendo los cimientos de la familia, única garantía de vivir en un mundo mejor”. Aclama el editorial, en un grito de auxilio. Y sigue exclamando “nuestros niños y jóvenes no pueden continuar siendo bombardeados por este género llamado música urbana. Si permanecemos indiferentes ante estos hechos, el futuro que nos espera será sombrío”.
Desde este espacio, nos unimos a ese clamor de la Iglesia, que es el clamor de los padres y madres responsables, que observan como sus hijos son el blanco de estos ataques despiadados a las buenas costumbres y valores morales.
Finalizamos con las mismas líneas con que termina el editorial, con la sola intención de repetirlo y ver si logramos que las familias dominicanas también se unan a este clamor y conjuntamente con las autoridades competentes, todos poder decir: “Hay que tomar medidas urgentes para detener este desenfreno. Todavía estamos a tiempo”.
El autor es Ingeniero, Locutor y Experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.