Reflexiones

La Palabra hoy

Amor

Por Manuel Raimundo Martínez

El amor es sin dudas la palabra más utilizada en el mundo, en el sentido de lo que significa, sin importar el idioma, es decir, la palabra que significa amor, en cualquier idioma, es la más común.

El significado de amor lo encontramos en los diccionarios de la siguiente manera: Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.

También significa, sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.

La Real Academia de la Lengua Española le da varias definiciones, entre las que podemos extraer: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. También nos dice, Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.

Y no solo en los diccionarios encontramos el significado del amor; los poetas han descrito el amor de diversas maneras, en los diferentes tiempos y situaciones del mundo. Sin embargo, voy a hacer énfasis en esta entrega de hoy sobre el amor que encontramos en la Biblia.

Comenzamos con la definición que nos da la primera carta de San Juan en su capítulo 4, versículo 8: «Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.» Esta definición sería suficiente para escribir un libro al respecto, no obstante, la simpleza de este versículo lo abarca todo. Quiero entonces, abarcar una definición más amplia, dirigida al amor entre las personas, y nos la da el Apóstol San Pablo en su carta a los Corintios, en el capítulo 13, el llamado himno del amor, que se encuentra desde el versículo 1 hasta el 13, y que comparto a continuación.

«Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá. Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor.»

Mi invitación amigo lector, es que puedas leer y meditar este texto bíblico, y si tienes alguna duda al respecto, busca ayuda, puedes hacerlo con el sacerdote, o con un amigo que te ame de verdad.

Ojalá, que este día en que celebramos el amor y la amistad, las cualidades y características que plantea San Pablo, te acompañen para siempre, y puedas utilizar ese texto bíblico como tu oración en el día de hoy.

El autor es Ingeniero, Locutor y Experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.

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