La campaña contra ruidos
Por: Raymundo Martínez
En los últimos meses, el ex procurador fiscal del Distrito Judicial de Santiago, y coordinador del Movimiento Jóvenes con valores, el Lic. Mario José Almonte, ha estado inmerso en una agresiva campaña a través de la radio, televisión y principalmente las redes sociales, contra los ruidos excesivos provocados principalmente por la música alta en distintos puntos de Santiago y el país.
Esta iniciativa ha tenido mucha gente a favor y algunos en contra. Después de haber escuchado algunas opiniones a viva voz, y haber leído otras en los diferentes medios, quiero emitir mi opinión al respecto.
Quiero iniciar con algunas frases que me han dicho algunos jóvenes sobre escuchar música alta en su vehículo, uno me dijo ¨pero usted también fue joven y escuchaba la música que le gustaba, cada quien vive su momento¨. Otro me abordó diciéndome, ¨uno lo que le gusta es su musiquita, y ponerse contento, eso no le hace mal a nadie, eso no es delito¨. Y otros han sido aún más agresivos en sus comentarios, ¨eso es dema que le tienen a uno, porque no pueden ver que uno progrese, desde que uno tiene su música, de una vez le molesta al otro¨.
Quiero hacer referencia a la campaña y a los diferentes comentarios desde diversos puntos de vistas.
Primero: La salud y la tranquilidad. Los potenciales daños a la salud que causa la exposición al ruido excesivamente no es una suposición, está comprobado científicamente. Que usted no lo acepte o comprenda, porque es joven y quiere estar contento, no elimina la posibilidad de sufrir las consecuencias, y por supuesto, el que usted quiera gozar, no le da autorización para robar la tranquilidad de los demás.
Segundo: Observación de la ley. La ley existe para regularizar los distintos aspectos de la vida del individuo, en todos los sentidos, y en cada caso, existe un régimen de consecuencias. Y traigo a colación una famosa frase de San Pio X «Lo que está mal está mal, aunque lo haga todo el mundo. Lo que está bien está bien, aunque no lo haga nadie». Independientemente de si está de moda o no, no podemos hacer lo que nos plazca cuando perjudicamos a los demás.
Tercero: El prójimo ¿Acaso pensamos en el prójimo cuando cometemos actos que pueden afectar a los demás? Voy a intentar responder a esta interrogante trayendo a colación un fragmento del libro Como ganar amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie, cito ¨ Alfred Adler, el famoso psicólogo vienés, escribió un libro titulado: Qué debe significar la vida para usted. En ese libro dice así: «El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos». Termino la cita.
Cuarto: La cultura del descarte. Si no me eres útil, o si no estás de acuerdo a mis creencias y pensamientos, y si por demás quieres enfrentar lo que hago, entonces lo mejor es descartar al otro, difamando, criticando y agrediendo, física y verbalmente. Pero aún hay muchas luces al final del túnel, y precisamente de eso trata el Movimiento Jóvenes con Valores. En esta última parte, quiero compartir a modo de analogía con esta idea, el numeral 222 de la carta encíclica del Santo Padre Francisco ¨Fratelli Tutti¨, Hermanos todos, en español, dice: ¨El individualismo consumista provoca mucho atropello. Los demás se convierten en meros obstáculos para la propia tranquilidad placentera. Entonces se los termina tratando como molestias y la agresividad crece. Esto se acentúa y llega a niveles exasperantes en épocas de crisis, en situaciones catastróficas, en momentos difíciles donde sale a plena luz el espíritu del “sálvese quien pueda”. Sin embargo, todavía es posible optar por el cultivo de la amabilidad. Hay personas que lo hacen y se convierten en estrellas en medio de la oscuridad¨.
Conclusión: Estoy totalmente de acuerdo con ese movimiento, del cual formo parte como asesor, por la gran juventud acumulada que tengo (estoy saboreando y disfrutando esta parte), y al igual que Mario, quiero y puedo gritar a todo pulmón, ¡Santiago merece dormir tranquilo!
El autor es Ingeniero, locutor y experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.
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