Añorando a mi madre
Por: Martín Abreu
El próximo mes de marzo mi madre cumplirá dos años de fallecida. En verdad ella era mi abuela, pero como ella me acogió en su vida como una madre (ella me crió, como se dice popularmente) ya que nunca tuvo varones, siempre la llamé mami. Ella fue una mujer entregada a sus hijos, desde mi infancia hasta la juventud que tengo ahora solo mi memoria guarda su recuerdo.
Ella se encargó de todas las cosas elementales de mi crianza, desde la alimentación hasta educación, incluso era la que me llevaba al médico a realizarme los chequeos rutinarios, y en caso de no poder, ella asignaba a alguien para lo hiciera por ella. Me consintió tanto que a sabiendas del temor que yo le tenía a la oscuridad, me acompañaba por las noches a la realización de mis necesidades fisiológicas en aquellos tiempos que la casa contaba con una letrina ubicada fuera.
Su nombre era Marina Antonia Luna, se mantendrá imborrable en mi vida, es por ello y en honor a ella, las hijas que Dios me dé llevarán como segundo nombre » Marina», cuando yo tenga una casa propia, lo primero que verán en la sala será una foto grande de ella en honor a su entrega por mí.
Ella me amó y a pesar que no me parió, me protegió, me cuidó, nada me faltó a su lado
Los años fueron deteriorando su salud y un ACV que sufrió. Lo más triste fue verla morir a mi lado con una lágrima que le ví salir en aquel hospital y ahí expiró
Mami te extraño, mami me haces Muchas falta. Este texto no me alcanza para expresar todo lo vivido junto ella.
De: Un Hijo Agradecido
Para: su madre Marina Luna
Hermano siempre he admirado su vocación de servicio, ya veo de donde heredó tan lindo sentir